lunes, 5 de noviembre de 2012

El Ayuno


El ayuno ha formado parte de la vida diaria de la Humanidad, especialmente en los rituales y ha sido utilizado para la limpieza corporal, la descontaminación mental y la búsqueda de claridad espiritual.

Durante el ayuno el cuerpo no deja de alimentarse, sino que lo hace de sus propias reservas.
En las primeras horas del ayuno el cuerpo consume el azúcar (glucosa) que fluye en la sangre y la almacena en el hígado y los músculos en forma de glucógeno, llamado también el "almidón animal”. Posteriormente sus reservas grasas y finalmente las proteínas.

El ayuno es un tiempo de eliminación o "limpieza” interna. No es momento de introducir comida, sino de eliminar las sustancias de desecho y los residuos tóxicos acumulados. Es como si colgáramos el cartel de "cerrado por limpieza de inventario”. Las agresiones de la vida moderna producen una intoxicación general del cuerpo -se exprese ésta con síntomas de enfermedad o no- y por ello es necesario un tiempo de ayuno y desintoxicación.

El ayuno no es una técnica nueva. Los niños y los animales dejan de comer cuando están enfermos. Guiados por el instinto somático o la inteligencia interna su organismo canaliza las energías hacia la eliminación de sustancias tóxicas y de desecho y dejan de comer. En ese momento, lo importante no es la ingesta de sustancias nutritivas, sino la capacidad de desintoxicación y autocuración del organismo. Por ello desaparecen las ganas de comer.

El ayuno posibilita que el cuerpo ponga en marcha todos los procesos de desintoxicación, limpieza y regeneración. La curación es una cualidad de todo ser vivo, que mantiene en sí mismo una parte de la capacidad curativa y de regeneración de la Naturaleza.

Cuando una persona ayuna no gasta energía en el proceso de digestión y asimilación de nutrientes, y las células y órganos del cuerpo descansan. Esa energía ahorrada es invertida en los procesos de eliminación y autocuración. El cuerpo pone en marcha toda su gran capacidad de autorregulación y autocuración.

El ayuno no es momento de comer, sino de eliminar, renovar y regenerar. Todo ello se hace con la guía de la inteligencia somática, esa misma inteligencia que hace que el corazón lata, que los riñones filtren los desechos de la sangre y que el hígado tome las sustancias necesarias para reconstruir las funciones corporales y neutralice las sustancias tóxicas.

BENEFICIOS DEL AYUNO

Facilita el descanso general y completo de los órganos vitales. Detiene la ingesta de alimentos que se descomponen en el intestino e intoxican el cuerpo.

Vacía el tubo digestivo y se deshace de las bacterias de putrefacción.

Da a los órganos de eliminación una oportunidad para ponerse al día en su trabajo.

Restablece la bioquímica y la fisiología normal y sana.

Favorece la desintegración y absorción de pus y flemas, derrames, depósitos, tejidos "enfermos" y tumoraciones.

Rejuvenece las células, tejidos y órganos del cuerpo.

Permite la conservación de la energía vital y la recanaliza.

Incrementa la capacidad digestiva y de asimilación de los nutrientes en el aparato digestivo y en todas las células del organismo.

Cambia el estado mental y expande la conciencia.

Mejora la percepción por los sentidos.

Permite un descenso del peso, lo que de por sí es de gran ayuda en muchas enfermedades como la obesidad, la diabetes, la artrosis, la artritis, la hipertensión, los problemas de la columna vertebral, los trastornos cardiacos y respiratorios, etc.




ESTUDIOS CIENTÍFICOS sobre el ayuno, como funciona la autocuración en tu organismo y cuales son sus beneficios.


Fuente: http://siropedesavia.cl/

Extraído del artículo “Qué es el ayuno”, escrito por el doctor Carmelo Bizarra, director médico del Centro de Salud Vital Zuhaizpe (Navarra, España) y autor del libro “El poder curativo del ayuno”

(http://www.zuhaizpe.com/index.html)

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